domingo

Codicia

Todo lo quieres de mí

hasta el aliento de la derrota

cuando mi cara sangre entre guijarros afilados,

cuando en mi espalda

desnuda, helada, cubierta de polvo,

tus huellas hayan sellado tu partida.

Y mi lucha ha sido grito desgarrado

buscando tu eco,

agua fresca en tu frente cansada.

Mi combate quería amansar tus iras

bajo mi cuerpo de pampa nocturna.

Pero tú todo quieres de mí

y no te bastan mis manos abiertas

ni mis sudores de súplica muda

ni mis labios tibios consagrados a tu boca.

Quieres verme abatida y desarmada,

hecha musgo de orilla de camino

donde ni el sol llega

ni se oye amanecer la vida

que palpita en toda la tierra.

3 comentarios:

@Igna-Nachodenoche dijo...

Abatida y desarmada
quisiera verte
llena de placer y ternura
descansando de la piel
y de las horas
que tus labios
se posaron en mi alcoba...

Precioso tu poema.

Daniela dijo...

Codiciosa soy y seré, quiero todo de él, hasta ser la última voz que permanezca haciendo eco en sus entrañas, lo quiero todo, lo quiero victorioso y perdido, pero lo quiero en mi...
Uhh mi querida P, mientras te leia afloró la codicia que hay en mi, y no tengo la mas minima cuota de remordimiento.

Precioso como siempre :)
Un abrazo enorme.

...Hijo del Quijote dijo...

...¿Y Usted?, que no ha ido...

Le reprochó -cortesmente- el Caballero a Mademoiselle.

HdQ