Todo lo quieres de mí
hasta el aliento de la derrota
cuando mi cara sangre entre guijarros afilados,
cuando en mi espalda
desnuda, helada, cubierta de polvo,
tus huellas hayan sellado tu partida.
Y mi lucha ha sido grito desgarrado
buscando tu eco,
agua fresca en tu frente cansada.
Mi combate quería amansar tus iras
bajo mi cuerpo de pampa nocturna.
Pero tú todo quieres de mí
y no te bastan mis manos abiertas
ni mis sudores de súplica muda
ni mis labios tibios consagrados a tu boca.
Quieres verme abatida y desarmada,
hecha musgo de orilla de camino
donde ni el sol llega
ni se oye amanecer la vida
que palpita en toda la tierra.
3 comentarios:
Abatida y desarmada
quisiera verte
llena de placer y ternura
descansando de la piel
y de las horas
que tus labios
se posaron en mi alcoba...
Precioso tu poema.
Codiciosa soy y seré, quiero todo de él, hasta ser la última voz que permanezca haciendo eco en sus entrañas, lo quiero todo, lo quiero victorioso y perdido, pero lo quiero en mi...
Uhh mi querida P, mientras te leia afloró la codicia que hay en mi, y no tengo la mas minima cuota de remordimiento.
Precioso como siempre :)
Un abrazo enorme.
...¿Y Usted?, que no ha ido...
Le reprochó -cortesmente- el Caballero a Mademoiselle.
HdQ
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