sábado

Lejanía

Confía en mi mano ciega
que te dibujó en la sombra,
en mi labio hambriento
que te vistió de versos

deja que el final
de un día de lluvia
duerma en el nido blanco
entre mi cuello y mi hombro

Créele a mis pasos tercos
que insisten en rodear tu puerta,
a mis horas amargas
que sólo saben esperarte

cree en mi boca madura
llena de silencio tuyo,
teñida de uva soleada
para envolver tus recuerdos

Escucha mi voz
dormida entre glaciares,
llamando tu nombre y sólo el tuyo,
en el filo del tiempo terrestre

Desliza por mi cintura
todos los miedos que traes
y déjalos ahogarse
en el abismo tibio del olvido

siente al roce del viento
y tallada sobre tu pecho,
mi geografía simple
de océano y farellón

entiende el calce precioso
de luna nueva
con que mi espalda espera
tu abrazo desnudo

(en proceso)

2 comentarios:

Daniela dijo...

Uhmm cada vez que paso por tu taller, me quedo con una sensacion tan especial, es que debo confesarte P, y creo que ya te lo dije, que tu escribes muy lindo, y siento que me identifico ene con muchas de tus creaciones.
La lejania, ingrata lejanía, entiendo de eso.
Mientras te leia como acompañamiento justo apareció en la musica de mi reproductor aleatoriamente la canción de la pelicula perfume de mujer... esta milonguita que me gusta tanto, sublime momento de poesía y musica de fondo, genial.

Un abrazo :)

Pablo Derrivá Luzeros dijo...

tango uno menciono la nena, mirá que me encantó que usarás la palabra farellón, el hielo a veces despierta los sentidos, ahora con dos hielo los aligera.