miércoles

No escuches

No escuches, madre, mi llanto lejano
no temas dolores, no veas angustias
porque miles de valles quiebran mi voz
y océanos enteros empañan mis ojos

tú sólo oye lo que yo te diga
créele a mi risa, adivina mis sueños
y vuela en mis alas, que son las tuyas
que una vez cortaste para no alejarte.

Entiende por qué al observar mi sombra
descubres que se ha hecho difusa, pequeña,
que se pierde entre ramas rotas de sol
confundida con la brisa de la nostalgia

pero no creas descubrir fantasmas
ni peregrinaje cargado de temor,
no creas ver tinieblas en mis días
ni condena forzada a seguir un sendero.

Hay semejanzas más que diferencias,
es sólo la forma de tejer los hilos
y mis sueños, madre, siempre han sido así:
lejanos, azules, de día en pleno vuelo

no escuches, madre, mi llanto lejano
porque no es llanto ni amarga partida
es lluvia nueva de otoño empezado
que tapa con sus hojas esta lejanía

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